'Morning Glory', el precio de la ambición

morning glory la pelicula
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El compromiso y tener ganas constituyen la esencia para conseguir un buen trabajo que cumpla las aspiraciones y que, además, permita disfrutar de una vida plena. Pero, una vez más, el dinero manda y las empresas sólo apuestan por los profesionales cuando los resultados de negocio son un hecho. Esta película demuestra que lograr un equilibrio entre el esfuerzo y la felicidad en el trabajo es una misión que sólo compete a la persona, si además se tiene una sana ambición, motivación y un buen equipo todo puede ir sobre ruedas.


Sólo se consigue levantar cabeza de un despido injusto cuando se toma como una oportunidad para encontrar otro mejor que permita un giro a tu vida. De esta manera actúa Becky Fuller (Rachel McAdams), la protagonista de Morning Glory, una película que refleja la esencia de las relaciones laborales y de cómo, en los peores momentos, sólo el entusiasmo y el empeño profesional ayudan a sobrevivir, esperar a que la empresa lo solucione es una quimera que no lleva a ningún lado. Las organizaciones, como se puede observar en este filme, están demasiado preocupadas por la presión de unos accionistas que sólo piensan en los resultados: La meta es crear dinero por lo que se gestionan números, no personas.

Este largometraje de Roger Mitchell –director también de Notting Hill, un clásico de la comedia romántica- refleja los esfuerzos de un grupo de profesionales por sacar adelante un programa matinal. La llegada al mismo de Becky como productora ejecutiva es un soplo de aire fresco que alimenta el entusiasmo perdido: La cadena se plantea suprimir la emisión del espacio por el descenso de la audiencia. Aun así, el equipo está dispuesto a todo.

Las empresas ya no miman y son los profesionales los que deben arrimar el hombro, y esto es un hecho demostrable. Según una encuesta de Towers Watson realizada entre más de 1.000 empresas en todo el mundo, el 45% de las mismas afirma que las nuevas políticas han generado carga de trabajo para los empleados; un 33% sostiene que han tenido un impacto negativo en la capacidad de sus profesionales para gestionar sus niveles de estrés; y, por último, un 33% asegura que estas iniciativas de recorte han menguado el compromiso de los empleados.

La experiencia es un valor capaz de hacer frente a los contratiempos y, a menudo, sólo hace falta un poco de empuje para despertar el talento dormido
La oficina, una jungla
Becky se deja la piel en su profesión y, al igual que muchos profesionales, lograr ser la mejor es su objetivo. Para conseguir esta meta deja en el camino su vida personal, sólo vive para el trabajo. Esta joven y ambiciosa productora de televisión se toma el día siguiente de su despido como el punto de partida para encontrar un nuevo empleo. Llamadas sin contestar, currículums que nunca llegan y negativas lejos de amedrentarla son un aliciente para continuar. Cuando está al borde del desaliento recibe una oferta que acepta sin rechistar: el director de una cadena le propone la difícil tarea de reflotar Day Break, un programa matinal que tiene los días contados.

El primer día decide despedir al presentador, un estúpido petulante de sonrisa de dentífrico y ningún valor profesional, y lo sustituye por Mike Pomeroy (Harrison Ford), un mito del periodismo político y de guerra, que en el ocaso de su carrera sólo aspira a disfrutar de la vida que le permite un contrato de cadena firmado hace años. Tiene asumido que sus mejores momentos no volverán y, en contra de su voluntad, no le queda más remedio que aceptar la oferta de Fuller, negándose, eso sí, a cocinar en directo, hablar de mascotas o dar un monográfico sobre la menopausia, asuntos que alimentan estos programas matinales porque él, “es periodista informativo y no está para esas memeces”.

Este tipo de profesionales son muy habituales en la empresa, ¿quién no ha tropezado con un veterano brillante sin aspiraciones que no explota su talento porque la organización lo ha dejado aparcado y piensa que no hay nada a su altura? A Mike le sobran cualidades pero le falta entusiasmo, justo lo contrario que le sucede a Becky. Sin embargo, su poso profesional da una sorpresa inesperada. La experiencia es un valor capaz de hacer frente a los contratiempos y, a menudo, sólo hace falta un poco de empuje para despertar el talento dormido.

Otro personaje que se suma con elegancia y brillantez a este tándem interpretativo es Diane Keaton. La antigua musa de Woody Allen da vida a Colleen Peck. Ella es la estrella del matinal y sabe cuál es su función, es consciente de que la audiencia manda y no tiene ningún reparo en besar a una rana en directo, si ello contribuye a sumar espectadores. Otros colaboradores hacen cosas peores como hacerse un tatuaje donde la espalda pierde su digno nombre en directo. Todo por la audiencia.

Es el trabajo de esta pequeña jungla lo que contribuye a sacar a adelante el programa y sólo los resultados hacen que el director de la cadena acceda a continuar con el mismo. Y, como suele suceder, es entonces cuando Becky recibe la oferta de su vida: El matinal líder en Estados Unidos le ofrece un puesto al que no puede decir que no. Al final el trabajo en equipo y el entusiasmo gana por goleada a la ambición. No se la pierdan, pasarán un rato agradable y descubrirán que el trabajo no lo es todo y que conviene no tener sueños inamovibles, a veces el destino nos reserva mejores sorpresas que nos ayudan a ser más felices. Pero, eso sí, no sin pagar una buena factura de esfuerzo, nada viene regalado.

pelicula morning glory rachel mcadams fotos
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LA PELÍCULA
MORNING GLORY
Dirección: Roger Michell
Nacionalidad: EEUU, 2010
Género: Comedia

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